7 may 2025
11 abr 2025
Hola, Daniel:
Recibí tu hermosa postal romana. Me parecieron divinas las líneas sobre Alcina, siempre tan preciso cuando vas a la ópera. Sugerís pensar una posible articulación entre el neobarroco y el minimalismo como caminos que, a la manera de la Recherche, en algún punto se cruzan. ¡Te juro que vengo pensando en eso desde que se reestrenó Einstein on the Beach en el Colón el año pasado! Esas enumeraciones pequeñas, en repeticiones obsesivas, del comienzo de la ópera (“one, two, three, four…”) -que retoman la idea ilustrada de que escuchar música es “hacer cálculos”- encendió la chispa. “¿Y si esas repeticiones fueran pequeños ritornellos que no alcanzan a ser territorios, pero sí puntuaciones que definen el espacio musical? ¿O serán, tal vez, micro-ritornellos? Alguna vez conversamos sobre el neobarroco continental latinoamericano y el minimalismo yanquee: ambos coinciden temporalmente, y ambos están cargados de política y estética… me señalabas que en el Norte no tuvieron barroco, sino un revival gótico (menos imágenes, más torres aguja). Si vamos hacia las primeras óperas barrocas, hay una búsqueda por la simplificación de las líneas vocales… pero el ethos barroco actúa por acumulación y desvíos (¿acaso no lo hace también el minimalismo?). La maquina gongorina avanza en espirales de sentido; la máquina minimalista lo hace a través de desvíos, también; pero se trata de desvíos ínfimos, como dibujando fantasmas en el moiré de las partículas en movimiento. Las duraciones, en ambas estéticas, inducen al cansancio y a la ensoñación: Max Richter, que se maneja con increíble habilidad entre lo genial y lo chato, escribió Sleep para ser escuchadas desde la cama, ¡y a dormir!; y reversionó las Estaciones de Vivaldi…). Por ahora, mezclo las cosas: música, poesía, pintura... Glass escribió la música para un Orfeo (el de Cocteau); no quiero dejar caer nombres solamente: lo señalo porque Orfeo funda la música occidental (como toda fundación, es mítica) y se opone (o articula) con aquellas “poderosas cantantes”, las sirenas, que bien conocés. ¿No será Einstein on the beach una ópera barroca del siglo XX? ¿O se trata de manierismo minimalista?
Sé que estás trabajando mucho. No dejes de escribir.
8 abr 2025
Me escribe Daniel desde Roma
Dieguito, querido, te mando esta rápida postal para agradecerte que me hayas presionado para ir a ver Alcina, de Händel. Confiabas en la dirección musical de Rinaldo Alessandrini y no te equivocaste...
https://linkillo.blogspot.com/2025/04/neobarroco-y-minimalismo.html?m=1
2 dic 2024
Las tres gracias
Mientras preparo un taller sobre el paso (siguiendo algunos motivos) de los cuentos tradicionales, desde las lejanas cortes europeas a los libros que hay hoy en las bibliotecas escolares, voy a los hombres-tigre del ejército de Quiroga, el cuento "El herrero Miseria" (que le cuenta don Segundo Sombra al joven Ricardito en la noche de la pampa), "El adivino", cuento ruso protagonizado por un pícaro que puede vivir acá a la vuelta, "Sol, Luna y Talía", la versión napolitana de "La bella durmiente". Y así me mareo, me pierdo en rara melancolía (debe ser la altura del año) de ese mundo rico y lleno de luz. De los detalles léxicos, las inflexiones de cada pueblo que contó (cuenta) estas historias. Como dice D. Link que decía Barthes: "una voz es la superficie de contacto entre un texto y una vida".
12 oct 2024
Una voce...
Anoche escuche una voz que me encantó.
Entonces llegó esta chica, una sobrina que quería ser cantante. La grabé un poco con la guitarra, la cual tocaba muy mal, y otras cuatro piezas a capella. Dos en portugués y dos en español. Eso fue aproximadamente en el 72. En el 77 me entero que ella falleció en un accidente de moto, no sé dónde pusieron auto, pero fue moto. Al enterarme del accidente, yo tenía su voz grabada, inmediatamente supe que tenía que hacer esta compleja pieza con su voz, para que ella pueda seguir cantando. Y hace 40 años que sigue cantando.
.
Diario,
Sinestesia
17 sept 2024
13 sept 2024
20 ago 2024
Disco Wilcock y el amor a Roma
Escribí sobre Disco Wilcock, el extraordinario libro de Manuel Ignacio Moyano Palacio. Se puede leer acá:
https://revistaprause.blogspot.com/2024/08/disco-wilcock-amor-roma-diego-carballar.html
8 ago 2024
Infancia e historia
"Literatura en el Nivel Inicial. Dos propuestas de Escuelas Lectoras".
Desde hace muchos años, trabajo en un programa educativo llamado Escuelas Lectoras. En el Nivel Inicial, con chicos/as y docentes, trabajamos la narración oral y los cuentos de hadas.
Acá, algo breve acerca de nuestra experiencia (ojalá se pueda bajar desde este vínculo...):
https://buenosaires.gob.ar/sites/default/files/2023-11/022-agosto2023.pdf
1 ago 2024
5 jul 2024
de Glitch (Cantata-Romance para cinco voces y sintetizadores baratos)
En estas dos escenas, la protagonista (Glitch) recuerda una noche en una discoteca. La primera vez que yo fui a una, se me apareció como si fuera un lugar ubicado entre el mundo de los vivos (arriba) y el submundo (abajo).
XIII (Glitch)
Aquella noche en la que bajamos
para hacer las primeras armas
del atentado, no sabíamos
qué podía pasar
eramos tres, ninguna tenía miedo
pero tampoco esperanza
esa noche nos habíamos
encontrado
con el paquistaní de
encrespados cabellos,
que nos dejó un
cargamento
que nos desviaría
finalmente
de nuestro rumbo tan
seguro,
y nos dejaría en este
río
una vez que bajamos a Basis,
siempre cubierta por la
oscuridad,
a la que nunca el sol
desde arriba
jamás había tocado, aún
en noche estrellada,
ella es sólo una noche
que se extiende sombría,
me sentí mal, yo
desnudaba del flanco
el agudo cuchillo que
llevaba
porque me gustaba
provocar
bebimos
todos los muertos
bailaban
bebimos vinos dulces,
finalmente, agua
esparcí la blanca
harina, jurando
que al volver
sacrificaría de mi casa
lo mejor que
sobresaliera entre mis cosas
aplaqué con plegarias y
votos
a las turbas de quienes
que se nos acercaban,
pero les habría cortado
el cuello con gusto
negras sangres entonces
me asolaban entre esas
esposas
y solteras, mancebos con mil pesadumbres leves,
y tiernas jóvenes con el ánimo afectado
por
un dolor reciente y muchas heridas
por
lanzas que dejaron su vida en la lid,
sus
armas sangrantes,
andaban
en grupos aquí y allá, a uno y otro lado,
con
un clamor horroroso
yo,
presa de lívido miedo,
les pedí a mis amigas que me contuvieran.
*
XIV (Glitch)
Vimos llegar a Lón, mi
amigo
–todavía yo no estaba
tan mal–,
el de anchos caminos:
“mi cuerpo insepulto”,
decía él, “y sin
duelos”, exageraba
lloré cuando lo vi,
porque estaba emocionada
y, como si otra hablara
fuera de mí,
me escuché decirle:
“Lón ¿cómo has bajado
a esta nebulosa
oscuridad? ¿has llegado
antes a pie que yo en
mi negra noche?"
el me respondió:
“Glitch, divina y rica,
me perdieron mi suerte
fatal
y el exceso de vino, yo
bien sé que tu sólida nave
desde aquí pondrá rumbo
otra vez
al islote de una mejor
vida,
te pido, reina, que te
acuerdes de mí allá,
te lo ruego, no me
dejes allá en soledad,
sin llorar ni sepultar
mi cuerpo vestido
de todas mis armas, y
levantá una tumba
a la orilla del mar
espumante que de mí,
desgraciado, refiera a
las gentes futuras”
presté mi oído a sus
súplicas, y le dije:
“cumpliré”,
charlamos,
sentados, cambiando dolientes
y dulces palabras, yo
protegía
con mi espalda la
sangre y la sombra de mi amigo,
cuajado, alto de cruz y
bien armado
las tremendas
volteretas y las cornadas de su coraje
y la impavidez de su
paso
eran la latitud de sus
actuaciones nocturnas
en la geografía de su
cuerpo,
se dibujaba el garabato
de los revolcones
y esa sastrería me
ponía celosa
y alerta cuando lo
miraba
entonces llegó el alma
de mi droga
a la sangre antes
“¿para qué viniste?” me
preguntó,
“para que beba de la
sangre y te diga la verdad”,
le dije, y me quedé
aparte,
porque suelo fallar a
veces
las regiones del alma
son templadas
y relativamente
delgadas, en parte sólo
por la distribución de
las virtudes,
pero tienen una
fidelidad excepcional
con la acústica de la
voz que las emite
y encarna,
ocasionalmente suenan
como un parloteo
inmotivado,
aún detrás de las
palabras:
un aleteo que puede ser
más o menos
intrascendente o
molesto
muchas veces, ese
parloteo viene
con una musiquita que
nos calma y acompaña,
como esta noche, en la
que necesitaba
–por ese encuentro que
me llenó de tristeza–
la compañía de esas
regiones
me recuperé finalmente
de las oscuras visiones
conversamos
animadamente,
emplumadxs de amor
finalmente, partimos lejos de esos peligros
y permanecí en paz.
26 jun 2024
Allí estuvimos
Llegó el día. Mejor dicho: la noche en la que Daniel Link dio su última lección en Siglo XX. Fue una clase brillante, como nos tiene acostumbradas (así, como dice él). Un recorrido deslumbrante, no sólo la clase de anoche, sino los sucesivos programas que compartí, ya que en un momento estuve muy cercano a la cátedra, en una suerte de larga adscripción. Todo duró un poco más de quince años, que se pasaron volando. Cursé la materia cuando mi hijo estaba por nacer. Hice una monografía sobre Doktor Faustus, de Thomas Mann, que nunca volví a leer (la monografía, por supuesto, la novela la leí un par de veces más). Y quedé totalmente deslumbrado por este profesor que nos enseñó a leer a Pasolini, a Kafka, a Beckett, a Pizarnik, a Proust, a Celan, a Lorca, a Bachmann... (¡cuántas horas felices de lectura y discusión!) y también por el equipo de cátedra, a la altura de esta inteligencia, del que me hice amigas y amigos y colegas, pero de quienes nunca dejé de aprender y admirar. Es un poco incómodo estar tan cerca de gente que uno admira tanto. Quiero hacer como si no importara, pero termino comportándome como un tarado. Anoche en el brindis, una dramaturga genial y simpatiquísima nos preguntó sobre nuestro recorrido hasta llegar allí, a esa noche. Un alumno le contestó que, aunque venía del Nacional, esta había sido la materia más difícil de la carrera, también con admiración lo decía. Yo dije que la más difícil para mí habría sido Teoría y Análisis "C", con Panesi, porque viniendo de una escuela técnica de Avellaneda... Después de contarme que su hija (de la genial dramaturga) había estudiado en el Liceo Francés y que esta había sido su primer materia, les aclaré que Siglo XX no fue "difícil" porque la cursé como un enamorado y porque, como Panesi, en esta cátedra no había gradualismos: el conocimiento, el pensamiento, la poesía se brindan con una confianza plena en las estudiantes, etc. y yo acepté esa pedagogía. Hubo problemas (burocráticos) que no vienen a cuento y comencé, lentamente, a alejarme de la cátedra, pero no de los diferentes proyectos que fueron naciendo en este tiempo. No sé por qué cuento esto. Casi nadie lee este blog ya. Es una prueba más del paso del tiempo. Lo abrí en los días (y las noches) de la extraordinaria adscripción que me cambió la vida. Después no sé qué hice y perdí muchísimas entradas que quedaron en otro blog de cuyo nombre... (https://diegocarballarblog.blogspot.com/). Allí leo que una de las primeras entradas es acerca de Cecilia Bartoli, cuando le permitieron cantar en la Capilla Sixtina. La Bartoli es una de las pasiones musicales que compartimos con Daniel, y terminó siendo excusa para escribir un texto juntos, ¡que es muchísimo! Anoche fue una noche rara, de sentimientos encontrados, melancolía y felicidad, belleza y tristeza, alegría y... no quiero decir "desamparo", así que la dejo escrita entre comillas y mejor digo otra cosa. Que en la clase habló de las luciérnagas, de la noche, de las salidas, del tiempo, dijo el nombre de Kafka y el de Pasolini. Pero a mí, la verdad, me costó mucho concentrarme.
19 jun 2024
10 jun 2024
Mientras escribía ese texto, ocurrió que la historia, digamos así, comenzó a proponerme un camino que no era el que había trazado. Las secuencias narrativas y las imágenes asociadas a ellas se repetían: comenzaba a escribir algo y, al poco tiempo, aparecía lo que reconocía como la misma idea, la misma situación o el mismo diagrama. Pensé que esto era evidencia de mi poquísima inventiva, lo que es cierto porque soy muy falto de invención. Sin embargo, quería seguir escribiendo esa historia, aún con este problema, porque no había pensado en una historia minimalista, pero minimalista (a pesar del barroquismo general) estaba saliendo. Antes de que me diera cuenta de que, invariablemente, una y otra vez volvía a escribir más o menos algo parecido a lo que ya había escrito, intentaba torcer el rumbo, cambiar las cosas de lugar… ¡abandonar la escritura! Escribir me da muchísimo trabajo, aún más que leer, que también me resulta bastante complicado, cada vez más. Muchos escritores, diría que la mayoría de aquellos que me interesan o que más me gusta escuchar en entrevistas, hablan siempre del imprevisto, de que escribir es someter la propia deriva a una deriva diferente: ni ajena ni propia, ni subjetiva ni totalmente objetiva; siempre están hablando del “material”, de la imposición por parte de la misma deriva, digamos así. Oscilan entre el sonambulismo y el dictado. Yo no sé si eso es cierto, pero me tranquilizó pensarlo de esa manera: lo que tenía que hacer era empezar a contar lo que quería contar, asunto que, sinceramente, a esta altura ya no puedo decir bien de qué se trataba, pero quería seguir haciéndolo, y mientras contaba, entregarme al bucle, a la repetición, a la obsesiva persistencia de esas imágenes que, como pequeños diablitos, venían a ordenar la progresión con el murmullo de algo que ya había escrito. Entendí que no iba a poder escribir mi novelita –de eso se trataba– si no me amigaba con esto que me estaba pasando. Así lo asocié, de manera metafórica y clínica, con la invención musical, como si cada escena volviera a trabajar con una serie de elementos que a esa altura ya había reconocido, para someterlos a variaciones (invariantes), en este caso, de una música verbal. Ahora sí, estaba yendo hacia alguna parte: no se trata tanto de una novelita sino de una pequeña rapsodia de obsesiones dichas por otras voces.
29 may 2024
de UNAMUNO
agua y también la sangre sin mancilla
cargan y mueven a las chicas-río
de este arroyo-concierto. Las estrellas
de nuestros ríos, todas peregrinas
del suave sueño de planicies leves,
devuelven en el mediodía fuerte
… … …
el juego de reflejos y milicias–
fianciulle entre chicharras y edificios,
lúnulas, uñas blancas y pintadas,
la visión es de lunas, aparecen
… … …
licores de manzanas y caínes
… … …
… … …
¿no hay agua en la canícula, pastoras?
oh, embriaguez de la sangre redentora,
… … …
piso las fíbulas que sostenían
por el campo sus ropas, sus vestidos
por nichos de cigarras convertidos,
qué bochorno, qué ardores, qué dislate
sin haz, sin fondo y sin orillas veo
… … …
sobre las crines tensas del calor,
… … …
taquicardias –y sístoles y diástoles–,
trabadas en las viles mariposas
trenzadas en mis párpados quemados,
villanías barrocas, juegos ebrios:
y hay en el aire, lejanías, villas
y un reposar contento,
lengua, calla
y vuélvete silencio en mis raptoras.
27 may 2024
al agotamiento a la enfermedad incluso a la muerte
pero siempre tengo presente que en definitiva -expuesta- se trata de pan
hay colectividades muertas que sin llegar a devorar a las almas
tampoco las alimentan
preciso que este poema envuelva el trabajo de los campos
en las comarcas de bosques en época de fiestas
en comarcas ganaderas en donde se cultivan árboles
en el momento de la plantación cuando se empieza
a prensar y a beber el vino nuevo en los pueblos
en los que se hace el pan en las casas y transformarse en la vida
cotidiana en las horas de la siembra
26 abr 2024
22 feb 2024
Oggi ho visto passare due ragazze...
28 sept 2023
Política, violencia, música formalista y cigarras (Iannis Xenakis)
Pero otros caminos también conducían a la misma encrucijada estocástica –en primer lugar eventos naturales como el choque del granizo o la lluvia con superficies duras, o las arenas de sonidos aislados; esta multitud de sonidos, vista como una totalidad, es algo nuevo que sigue leyes aleatorias y estocásticas. Todo el mundo ha observado los fenómenos sonoros de una multitud política de decenas o cientos de miles de personas. El río humano grita un lema con un ritmo uniforme. Entonces surge otra consigna del jefe de la manifestación; se extiende hacia la cola, reemplazando al primero. Una ola de transición pasa así de la cabeza a la cola. El clamor llena la ciudad y la fuerza inhibidora de la voz y el ritmo alcanza un clímax. Es un evento de gran poder y belleza en su ferocidad. Luego se produce el choque entre los manifestantes y el enemigo. El ritmo perfecto de la última consigna se rompe en un enorme cúmulo de gritos caóticos, que se extiende también hasta la cola. Imagínense, además, los estallidos de decenas de ametralladoras y el silbido de las balas sumando sus puntuaciones a este desorden total. La multitud entonces se dispersa rápidamente, y tras el infierno sonoro y visual sigue una calma detonada, llena de desesperación, polvo y muerte. Las leyes estadísticas de estos acontecimientos, separadas de su contexto político o moral, son las mismas que las de las cigarras o la lluvia. Son las leyes del paso del orden completo al desorden total de manera continua o explosiva. Son leyes estocásticas.
Formalized Music (1971)
4 sept 2023
El deseo de ser un...
Kafka - Pietro Citati
3 sept 2023
"Sola, la danza lunga del gabbiano" - Tommaso Landolfi
sin embargo hoy queda,
pobre amigo, este acento loco
flexionado en la orilla de un mar extinto.