18 abr 2023

El mal (Obra de Arte Total Paranoia)

Stalin era ya una bestia paranoica indomable. Desconfiaba de todos. Tal era la voluntad de control que parecía que nada podía escapar a su mirada, ni a su juicio. Se sentía amenazado de muerte. Todo murmullo a su alrededor era de complot. Cualquiera podía ser enviado a la horca. Un grupo de generales, para calmarlo, decidió viajar a la Georgia natal, a buscar algo de aquella tierra que ablandara esta furia. Allí encontraron a un viejo compañero de escuela del líder. Un hombre sencillo que vivía en el campo. Lo llevaron a Moscú. Stalin lo reconoció de inmediato. Se organizó una cena. Comieron, bebieron, cantaron canciones georgianas, bailaron melodías del terruño, siguieron bebiendo y rieron. Cerca de la madrugada, Stalin abrazó a su antiguo compañero y con los ojos llenos de lágrimas le dijo: “¿si fuimos tan felices, entonces, por qué vos, también, me querés matar?”. 

(Anécdota escuchada a Daniel Guebel) 

No hay comentarios:

Publicar un comentario