Oggi ho visto passare due ragazze...
que llevaban remera negra y pantalones cortos negros.
En las remeras tenían algo escrito en cirílico
que no entendí.
Tampoco las entendí a ellas, muy jóvenes.
Parecían decir algo que las divertía.
Caminaban
de manera
un poco atolondrada
como caminan los varones a veces y no las chicas.
Acercaban las rodillas
al andar, y cruzaban los pies.
Una obra en construcción dejó caer
algunas mamposterías en un contenedor.
Y entre el calor de la tarde,
el paso de las muchachas
y el humo que levantaban los escombros
las vi
perderse en una combinación
–sin ser ninguna de las dos cosas–
delicada de accidente y gracia.
Roberta Colucchi
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